Ducha Sorpresa

Yo nunca le había sido infiel a mi marido, no por falta de ganas sino porque simplemente no me animaba a hacerlo hasta que hace tres semanas...

 Estábamos en una junta con los directores de la empresa donde trabajo y uno de ellos siempre me anda cortejando, hemos salido varias veces a tomar un trago y cuando trata de acariciarme o tocarme lo corto, me salgo y me regreso.

Esa vez al terminar la junta salimos muchos a un bar y el se sentó junto a mi, como la mesa estaba chica estábamos un poco apretados y su pierna rozaba con la mía, y como no traía medias y mi vestido se había subido, podía sentir su pierna y él disimuladamente se acomodaba y bajaba sus manos y me tocaba.

Al principio me molestó, pero me acostumbré y lo deje hacer, al fin y al cabo se iría a su casa y yo a la mía, y me daba risa pensar que a lo mejor cuando se cojiera a su mujer pensaría en mí, entonces tuve el atrevimiento de subirme más el vestido para que me las tocara mejor y eso me calentó, pero aun así no pensaba en ponerle los cuernos a mi marido. Llegó la hora y nos retiramos, yo iba en mi carro bien caliente y pensé que en cuanto llegara a la casa me le echaría encima a mi marido para que me quitara lo caliente.


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